Thursday, June 08, 2006

Negacion de las entrañas

Hace unos años regresaba a casa después de haber estado con M, como era costumbre iba crudo y con el cuerpo lánguido cuando de pronto ví algo que me hizo escribir lo siguiente:

Porqué tienen que ser blancas?
De pronto revientan las entrañas
Como el más crudo epílogo
No puedes poner tanta distancia entre tu estómago y tu corazón.

Demasiado triste, demasiado real,
bajo el blanco telón intentando cubrir
el único secreto que todos guardamos
¿Qué tanto tiene que decir que lo quieren ocultar?

Miramos, recordamos y callamos.
La tela parece desgarrarse
Los pequeños o grandes hilos rojos
corren y se depeinan
moviendose al capricho geográfico
de la textura del asfalto.
¿Porqué tiene que ser blancas?

Lo que ví aquella noche fué un cuerpo destrozado sobre el periférico. Obviamente había sido atropellado, me parece que en más de una ocasión pués los policías que habían llegado al lugar iban colocando sabanas blancas, más que sobre un cuerpo, sobre varias islas de carne y huesos y sangre.

Bueno, de esta grotesca imagen me surgió la pregunta de porqué a los humanos nos da tanto miedo ser seres biológicos. Porque se usan vestimentas, desodorantes y tal y tal para cubrir de una forma casi patológica nuestra naturaleza animal. Las ideas llamense leyes, llámense moral, llámense ética, etc. todas van enfocadas a alejarnos de lo que realmente somos. No voy a mencionar eso que es bastante extenso pero si me voy a enfocar a las funciones corporales que además de ser las principales victimas de esta autonegación, son las más graciosas.
Resulta que veía una pelicula con una amiga y de pronto escuche un sonido, no era un pedo, pero sí era como un rechinido de intestinos, de esos que surgen cuando el paso de algún alimento no es del todo normal. Lo normal era no darle importancia, pero pensé que estaría incomoda al saber que yo lo había escuchado así que sentí ganas de decirle que por mí no había problema y tal y tal. Pero pasó el tiempo y era más facil dejarlo pasar que reavivar el tema. Regresó el sonido una vez y otra más, pensé que en la siguiente diría algo para que se relajara, pues la tensión hace que se agrave la condición intestinal. Llego entonces la siguiente ocasión y me dí cuenta que no era ella si no yo que no había comido en todo el día.
Ahora lo pienso y fué bueno quedarme callado. Ahora es más comprensible eso de ocultar la biología humana.

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