Monday, July 10, 2006

No hay orquesta

-Silencio. No hay orquesta.-
Mullholland Dr.

El silencio contiene todas las palabras, todas las oraciones y depende de cada uno lo que quiera escuchar. Puedes oir un adios, puedes oir un "no me importas" o un "te entiendo". La ausencia habla con la voz de nuestro miedo, el sonido del paso que no te atreves a dar, el eco del vacío.
Buscar el silencio parece difícil cuando todo el tiempo y el espacio parecen estar saturados por un sin fin de mensajes pero llenar a alguien de tu silencio es tan fácil que asusta, basta con girar la cabeza, ponerla en otro lugar para otorgar esta muerte artificial.
Hace algunos años le dí ese regalo a A. Ella intento deshacerlo con llamadas telefónicas, con emails y apariciones imprevistas pero no lo consiguió. Finalmente le dí algo que era para siempre.
Hay veces en que el silencio llega solo, cuando todas esa cosas para las que no existen palabras se presentan y crean un nudo en la garganta, cuando son demasiadas y demasiado grandes para salir todas al mismo tiempo, cuando el miedo a no explicarlas bien o a que no las entiendan tal y como son se apodera de un idioma ineficiente, cuando la voz no es suficiente y se necesitan las manos y los ojos para decir lo que realmente se siente y sientes como si no tuvieras cuerpo y los ojos cerrados y no logras aterrizar una mirada sobre esos ojos ni tu mano puede acercarse a la suya.
Existen distancias infinitesimales que resultan enormes abismos, los espacios entre las almas pueden extenderse infinitamente dando cabida al vacío que se llena con la falta de palabras, con el miedo a repetir esa historia que acaba sin música, con un sordo estruendo.

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