Friday, May 18, 2007

La edad y otros espejismos

















Lo que envejece no son los años sino las horas. Las horas de desvelo, las horas bajo el sol que se come la piel, las horas de angustia que la arrugan, las horas de la peda que la aflojan, las horas de trabajo que la cansan. ¿Y lo que yace debajo de ella? Eso envejece más por decisión que por cualquier otra cosa, es más por hacer juego con el aspecto físico porque la verdad es que hay algo de inalterable en el alma que no entiende de días, meses y años.
La coherencia se pierde al comparar lo que pienso y como me veo y esta sensación no hará otra cosa que empeorar. Dejar de ser lo que eres para representar el papel que se te ha impuesto por las arrugas y la calvicie. Mirarle las nalgas a una mujer de veinte años no es lo mismo cuando casi le doblas la edad , aunque, en tus ojos, sigas viendo la misma cosa. ¿Se supone que de ahora en adelante le tengo que ver las nalgas solamente a treintonas y después curentonas, etc? Qué mal chiste, eso no va a pasar.
Los viejos se encuentran sorprendidos de verse al espejo, de no querer reconocerse ante esa imagen desgastada, de despertarse un día y de darse cuenta de la cruel broma que nos juega la vida, de convertirnos en los espectros de nuestros abuelos, de toda esa gente que "fue vieja toda la vida" y que al igual que todos vivieron los últimos años siendo los niños de siempre. El cuerpo envejece mucho mas rápido que el alma.
Me parece que la madurez no consiste en otra cosa más que en darse cuenta de lo breve que es la vida. Durante toda nuestra vida seguiremos cometiendo errores, incoherencias y travesuras, como siempre, nomás que más arrugaditos. No se planchen, todo es una ilusión.
PS. Felicidades al blog hoy que su primer post cumple un año, o según lo que acabo de escribir, muchísimas horas.

1 Comments:

At 10:50 PM, Blogger moma said...

Salud! felicidades, no le huevoneés, como "otros". :P
Seguiremos envejeciendo juntos! :D Te quiero!

 

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