Monday, January 15, 2007

Redencion instantanea

Existen varios mecanismos para la liberación de la conciencia tales como el caso del Año Nuevo, que además de la marca cronológica que representa tambien se utiliza como una especie de frontera entre el "pasado" y el "futuro"; tiempo para olvidar lo que se hizo y comenzar de nuevo, que rara vez tiene alguna efectividad y por lo general la inercia vence y la estática persiste. Aunque creo que en principio la idea es buena, en la practica me parece bastante inocente pensar que con la llegada de las campanadas, cual hechizo de hada, la maldición se desvanecerá y por arte de magia todo tomará otro rumbo.
Ahora, el tema que me molesta es el abuso metódico de estos recursos de liberación y en específico me refiero a las disculpas. En este país existe un dicho de muy frecuente uso que dice así: "Más vale pedir perdón que pedir permiso." Es en este caso en donde creo que una disculpa es la quintaescencia del cinismo, porque no solo hacen algo que te lastima sino que además pretenden que los redimas de su sentimiento de culpabilidad. Todo se remite a la premeditación, porque no se puede ser culpable en la inconciencia. ¿Cuanto vale una disculpa si ya sabían que te iban a hacer daño? Si tan grande es la pena nisiquiera hubieran podido cometer el acto hiriente. Sin dudas pienso que es deshonesto e irresponsable.
Por lo tanto, creo que en estos casos de conciente alevosia las disculpas deberían de ser tomadas como un insulto, además, ¿quien es uno para otorgar "el perdón" a alguien? ¿Quien soy yo para disculpar a alguien por ser lo que es, hacer lo que hace y sentir lo que siente? ¿Cómo es que mi indulgencia podría liberar a alguien por sentirse incomodo por las decisiones que toma? Esas personas deberían empezar por perdonarse a si mismas, talvez entonces no cometan actos que lastimen a los demás.

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