Wednesday, October 25, 2006

Buscando la llave con la cerradura

De la caja negra de Zerulean:

Un ligero soplido apenas un grado más frío de lo normal, apenas dos kilómetros por hora más rápido de lo que había corrido el viento hasta ese momento bastó para despertarme. Abrí los ojos y me encontré a Cecilia, vestida como si afuera el día estuviera frío y gris, arrodillada junto a mi cama. Me había destapado y me miraba atentamente.

- Tu pito tiene cara de enojado.- Dijo Cecilia con voz de niña mientras fruncía el ceño y arrugaba la nariz e inclinaba la cabeza de un lado a otro.
- Será porque lo acabas de despertar.- Me dió gusto verla. Me gustaba que se escabullera en mi casa antes de que yo despertara y se convirtiera en la señal de estar comenzando la secuela de ayer.
- ¿Llegaste hace mucho?- Pregunté. Ella permaneció callada por unos instantes.
- Sí. Creo que hace media hora.-
- ¿Y has estado así durante media hora?-
- Sí.-
- ¿Y que has estado pensando en tanto tiempo?-
- En lo bien que encajan nuestros sexos. Es como sí te hubieran diseñado a la medida de mi interior. No hay espacio para nada más. Ni sobra ni falta. Eres la otra mitad de mi molde.-
Asentí. Realmente no sabía que agregar pues estaba en completo acuerdo con ella. Continuó.
- La Cenicienta no es más que una alegoría de la busqueda de ese ajuste perfecto. De como el principe fué y se la metió a todas las del pueblo para ver en donde encajaba a la perfección. Se la metió a viejas, gordas, flacas, jovenes, casadas, divorciadas, viudas. A todas. " A algunas les apretaba. A otras les quedaba floja..." ¿Te fijas? En la historia no se menciona que alguna se hubiese negado a probarse "la zapatilla". Seguro al menos una de ellas ya había encontrado el ajuste perfecto con algún campesino, con algún caballerango, pero no dijo nada, así nomás hizo la prueba, callada. Porque probar es absolutorio. Te justifica la ignorancia. El "no sabía". Por eso cuando sepas mejor cállate.-
- Hay gente que hace muchas pruebas y no encuentra nada. Hay gente que no tiene tantas oportunidades de probar. Hay gente con suerte que de pronto se encuentra la última pieza del rompecabezas sin haberla buscado.-
- Talvez de lo que se trata la vida es de probar. Porque ¿cuantos saben reconocer cuando encuentran lo que buscaban? Creo que muy pocos. A lo mejor el principe hubiera querido callar cuando se cojió a la Cenicienta y seguir probando en otros pueblos, en otros paises. O a lo mejor no era la Cenicienta y se quedó por hueva. Se le habrá dislocado la pelvis de tanto probar y cuando llegó con ella dijo "si, si, es esta, ya chinga, es esta. Me casó. ¿ Podemos ir a hacer otra cosa? ¿Jugar polo o badminton?" Todo termina por aburrir, tanto la busqueda como el encuentro.-

Cecilia se metió a la cama vestida y me abrazó. Yo jale las cobijas para taparnos, la mañana estaba gris y fría. La abracé yo tambien. Sentí en su aliento el vapor del kirschwasser.
- Ceci, aunque tuve la suerte de encontrarlo contigo, al menos se que eso no es todo lo que busco.-
- Te odio cuando hablas como sacerdote.-
Me dijo y apoyo su boca contra mi pecho para cubrir un pequeño erupto. - Pero sé que tu busqueda va más allá de eso. Lo que me preocupa es que puedas o no encontrarlo en mí.-
- Lo que a mí me preocupa es que piensas que si no esta en tí es malo y que si esta en tí tambien es malo.-
- Ojala fueras como cualquiera de esos animales que eso es precisamente lo que buscan. Embonar.-
- Esos animales son precisamente los que encuentran y no reconocen. Los que viven buscando sin esperar encontrar.-
- Al menos saben lo que buscan. Tu nisiquiera sabes eso.-


No encontré alguna respuesta. Hacía algunos minutos que deje de sentirme somnoliento y quería levantarme. La miré y sus ojos se entrecerraban, la estaba venciendo el sueño. Su mirada era la de una niña fatigada de estar perdida que recién encontraba un momento en el que el cansancio era más grande que la preocupación y se entregaba reconfortada al sopor que trae consigo un largo día de los que uno se quiere olvidar. No me atreví a moverme y la dejé dormir hasta que se me durmieron los brazos y después la esplada y también las piernas y luego el resto de mí la acompañó al lugar en donde inician las busquedas.

2 Comments:

At 4:13 AM, Anonymous Anonymous said...

que buena lectura escritor :-)
me da gusto leer lo que escribes, y sinceramente me gusto mucho, me hizo imaginar la historia y eso es muy importante creo, para todo escritor lograr que sus leyentes imaginen la historia!
un fuerte abrazo!
Tu amiga en el Polo Norte, donde Santa Claus tiene su casa y tu tambien! ;-)

 
At 9:42 PM, Blogger Risk said...

GRacias por el comentario, mi vikinga de viveros :D Espero que leer estas letras te salpiquen un poco de guacamole las albondigas ultra norteñas.
Si conces el domicilio de Santa Clos vamos a roquearle su pinche iglu al culero que nunca me trajo nada, chingado viejo.
Besos.
Rx

 

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